11.2.16

Entiende de Internet señora?

El otro dia fui a una «pajareria» a comprar granulado para una «cotorra» que tenemos en casa. -A decir verdad, es la cotorra de mi hermano, Berta la llamamos- 

Me encontré con una conocida a la que también le gustan los pájaros. Interrumpió brevemente al verme entrar, la conversación que mantenia con el treintañero dependiente, para saludarnos con un gesto con la mano y una sonrisa.

Estaba el joven muy afanado explicando las propiedades de unos y otros alimentos y de unas y otras jaulas (motivo de agradecimiento a priori) y mientras hablaba, hablaba y se extendia cada vez más con un sentido comercial que no de erudito vocacional, observé como la conocida, poco a poco se perdía entre las marcas de piensos y un proceso de selección entre la información válida y la desechable que nuestro cerebro ejecuta en el dia, un montón de veces.

Era una mujer como puede ser cualquier otra. Entrada en edad y cierta redondez en su silueta. De aspecto cálido y vivo. Podía tener muchos hijos e hijas como podia no tener ninguno. Podia estar casada, divorciada, acompañada, viuda o soltera. Como muchas de nosotras. Vestía de forma personal, con detalles y la vez, sin estridencias. Su gesto era afable y paciente, muy paciente..

No sé lo que le habría preguntado al vendedor, la conocida, pero era harto evidente, que hacía rato que le habia aclarado la possible duda. La insisténcia del dependiente comenzó a ser más un alarde de «sobrado» que de servicio en atención y que redondeó en pedanteria al comentar, que si no le habia quedado claro lo que le habia dicho, que lo mirara en Internet; .-porque, usted sabe lo que és internet señora?-.

La señora le contestó con un resignado sí, y dirigíendose hacia la puerta, volvimos a intercambiar sonrisas a modo de despedida, pero esta vez, complices en paciencia. Yo ya habia decidido no preguntar nada. Le señalaria con la mano el recipiente del granulado y le soltaría un «200 grs por favor!" y punto. Más que nada porque cansa empatizar ante los incapaces.

La cívica señora conocida era investigadora en una universidad y professora.
Tal cual podríamos ser muchas mujeres. Las que se lo propusieran. Sin más.