"..las bragas se tienden entre vacios" me dijo mi madre. Y a mi madre, su madre. Y a la madre de mi madre, su madre. Y a la madre de la madre de mi madre, su madre...Tenía cuatro años y subida en aquel taburete alcanzándole las pinzas, algo ya no me cuadró. Sigo tendiendo mientras la miro ahora dormida, pero mis bragas las cuelgo al sol y viento. Jeanne Hebra 29/12/2015
6.2.17
25.1.17
Sociedades
Era
la costumbre antes de salir de viaje, mochila o maleta?
preguntó Lola.
A
continuación, con unos exagerados movimientos circulares de brazos
hacia arriba, como si la estuvieran atracando, añadió, aunque no sé
porqué te lo pregunto!
No
hubo bastante.
Imitando
a ese Concurso de antaño del 1,2,3 responda otra vez, continuó con
sus pregunto y respondo yo, ..y la respuesta correcta es, tachan
tachan!, Mochilaaa!”.
Lola
prefiere llevar maleta para viajar. Yo la mochila. Si, si, mochila,
tanto para turismo urbano o de montaña que es lo suyo, como para uso
diario. Grande o pequeña se adaptan mejor a mis necesidades y
espalda. Entiendo que a ella le vaya mejor una maleta, pero, que se
ponga tozuda como la mula de mi abuelo, que un dia lo puso tan
nervioso que acabó dándole un mordisco en la oreja. Vaya si anduvo
aquel dia la mula hasta el corral sin parar!
Qué
manía con que yo también la utilice. Lo mismo que cuando le entra
la otra, la de que lleve bolsos. No me cuadra en la lógica, que no
atine con la más sencilla de las soluciones., que cada cual lleve lo
que quiera.
Su
argumento. En la mochila la ropa se arruga!,
En
la maleta también!. Sino no llevarías una planchita?- respondí con
sorna
Bien
que la utilizas tu también, o no!? replicó
Faltaría
plus que encima de cargar con un kilo de hierro por medio mundo no me
sirviera para nada!, intenté concluir.
Ya
iniciábamos otra vez el incumplimiento de la gran promesa formulada
en nuestro místico dietario convivencial. Lo de «gran» no es por
el contenido de la intención en sí, lo es por la dificultad que se
encuentra a la hora de aplicar su cumplimiento.
Discutir
por cosas superficiales, la mayor parte de ellas, son causas por la
que se extienden y agrandan los conflictos entre parejas. Se diría
que gusta. De hecho, se diría que es como la sal gorda en la
gastronomía. Poca, gorda y sólo muy de cuando en cuando.
Lo
comento desde la perspectiva de igualdad y respeto en la pareja. La
otra, la del autoritarismo, sumisión y humillación es otro tema que
imagino, irá subyaciendo anexo en futuros contenidos.
La
discusión sostenida, más se asemejaba a un dialogo de peces por
aquello de abrir la boca sin decir nada relevante. Distorsionaba con
el conjunto del dormitorio, que no es que sea una gran habitación
pero su luminosidad entra grandiosa por sus desproporcionadas
ventanas. La hacen cálida junto con la combinación de sus colores
interiores. Intentamos darle a cada uno su valor.
Quizás
un poco motivada por el entusiasmo del viaje y otro poco por el deseo
de dar por cerrado el tema de la eterna pregunta y sus respuestas
interminables, se me ocurrió intentar derribarla sobre la cama
marcándome un farol en forma de salto olímpico. Caímos por los
pelos en ella. Esta técnica, no es aconsejable realizarla si se
tiene alguna duda sobre su alcance.
Aprovechando
el efecto sorpresa en Lola, intenté no sin esfuerzos, colocarme a
horcajadas encima. La quería llenar de besos. Hasta donde podía y
me dejaba en ese juego de risas, la calma nos fue suavizando el
rifi-rafe de la puñetera maleta y mochila. Un final con un beso es
la mejor manera de iniciar un nuevo reset.
Uno
de los estereotipos y bulos que existen y que más fuera de lugar
está, es pensar que las personas no heterosexuales se relacionan de
diferente forma que ellos. Y se equivocan. La mayoría de gente que
asimila este contexto hipócrita como personal, suele ser por
ignorancia o interés, por inseguridad personal o patológica o
simplemente, por falta de conocimiento e inexistencia en su
interrelación. No falla.
..Aunque
pensándolo un poco, en el fondo, igual tienen algo de razón. Igual
va a ser que hemos aprendido lo que no se debe hacer en y con la
pareja.
24.1.17
Menopausia Sociedad Limitada
De
acordarme, me acuerdo. Y si me esfuerzo, hasta siento su fogosidad. A
buen seguro que era un mediodía de álgida menopausia. Tal cual un
verano en la Andalucía interior, a primeros de agosto o últimos de
julio para una escandinava albina.
La
miraba sin poder creer que me preguntara de dónde salia tanto calor.
Estábamos
a orillas del Cantábrico. Soplaba un viento frio de varios pares y a
pesar de ello, no era mar adentro donde se anunciaba tormenta sino en
la cara de mi compañera. Toda ella hervía exprés.
Durante
el paseo costero, el chapucear bragado de las olas en tierra rozaba
sus piernas provocando un gran géiser en su piel. Cada uno de sus
poros debía ser como un volcán submarino. No se enfriaba ni un solo
centímetro de su dorado bello, y menos aún de su enfado..
Había
comenzado esta historia un fin de semana atrás.
El
otoño nos gustaba a las dos. Nunca habíamos podido coincidir en
vacaciones. De hecho, nunca coincidíamos en vacaciones en ninguna
estación del año, excepto «casi» una vez. Y digo casi, porque la
mitad de esos breves días los pasamos en la cama. No precisamente
jugando como pudierais pensar. Las pesadillas febriles son mil veces
peores que comerse un kilo de olivas negras por la noche. Inaudito un
constipado a 31º a la sombra, pero de ocurrir, haylos.
Recuerdo
pañuelo tras pañuelo. Parecía que estuviéramos sobre una nube.
Toda la habitación era una gran alfombra blanca de ellos. Los ecos
sostenidos entre espaldas y techo de ayses (lamentos) entorpecían
esas fuerzas, que si las habían, no nos permitían mirar más allá
de la primera curvatura nasal. La que conecta con la cara. Si Cyrano de
Bergerac la tenia grande, las nuestras aparte de morronas y
congestionadas eran del tamaño real de una esfinge.
Ese
fue el «casi» de una vez. Aquellos días fueron toda una antítesis
del romanticismo y el relax. Eso sí, estas cosas y otras, ponen a
prueba el querer y el lugar que se ocupa en la pareja. En esas
condiciones de supervivencia, la que pide primero las cosas, ..que
están en la cocina, ..a miles de kilómetros de una misma, gana. Por
lista.
La
que va a buscarlas también gana. Por tonta.
Yo
soy de las del segundo gremio. Me hubiera importado un bledo en otras
ocasiones subir al Everest si ésta hubiera estado allí o tan solo
si hubiera podido saber en esos momentos, si tenía los ojos abiertos
o cerrados. Me pregunto cómo quiero a esa mujer que, de ir, fui.
Me
llamo Sança , se pronuncia como Sansa y en casa me llaman Ça (Sa).
Puede ser que, al nacer, ya vieran de lejos que rompería alguna cosa
más además de la Ç (juego de palabras en catalán)
Durante
muchos años, Lola, que así se llama mi compañera a efectos de
afectos y espacios, hemos debido hacer malabarismos para poder
coincidir juntas al final del día, en el día a día, o durante dos
festivos juntos y mal contados. Siempre por cuestiones laborales.
Con
el tiempo, mira por donde, una gran Erre en mi lugar de trabajo con
todo su abecedario incluido, nos permitió por fin la oportunidad de
plantear la realización de nuestro sueño aplazado.
Lola
se adueñó de la iniciativa de la organización del viaje. Supongo
que con ello, quería animarme aliviando el ajetreo de su
preparación. El resto de mi, no lo hubiera levantado ni con el gato
del coche.
No
omito, que tras esa iniciativa, pudiérase encontrar algo de gusto
por el mandar. Le encanta. Lo escribo bajito para que no lo oiga.
No
penséis que no tengo carácter, lo que pasa es que me agota
batallar en asuntos y razones que muchas veces no llegan a ninguna
parte. Al fin y al cabo, todos somos un cúmulo de manías y
auto-valideces personales que acaban haciendo lo que se quiere. Con
fundamento o sin él. Es un gran desgaste de energías e inútil tener
enfrente a personas que no escuchan más allá de sus diálogos
interiores.
Puede
ser que sea excesivamente pragmática y Lola muy impetuosa o activa –
nunca he sabido diferenciar con exactitud-. Si la vierais a través
de una cámara fotográfica con exposición lenta de 1/8000, os daría
la sensación de que os habéis equivocado de valor. Donde la
hermosura de una gota de agua se paraliza, a ella la percibiríais a
toda mecha, con un cohete enganchado en la espalda. Claro, que ella
os diría, que la del mio, debía haber quemado el combustible haría
siglos!.
De
un viaje, no se sabe cual será su aventura ni como acabará. Como en
la vida. Por mucha atención que pongas en su planificación y la
previsión de los detalles, todo puede rodar o girar. En nuestro caso
y después del primer día de su comienzo, todo apuntaba al desastre.
Con mayúsculas. Lo peor era, que no se nos podía culpar por ello.
La
estupidez supina de muchos suele ser de récord Guinness. Existen que
están compuestos sólo de materia orgánica. Se alimentan y la cagan. Vienen sin cerebro. Sin
capacidad para la Humanidad. Lo digno de las personas.
En
fin,..eso viene mas adelante!
Lola,
a parte de enamorar hasta el tuétano, posee toda diversidad de
inteligencias. Su profesión le a aumentado esos dones. Es una
excelente mediadora en la resolución de conflictos. En general,
todos los de fuera de nuestra casa.
Aquel
día, la observaba fuera de sí, maldiciendo llameante al exceso de
calor de ese otoño (estábamos a 18 grados). Más que inverosímil
me parecía increíble. Agnóstica, me puse a rezar rogando para que
las señoras que venían en su paseo frontal mirándonos, mirándola
fijamente desde hacía rato, no sintieran la irrefrenable curiosidad
de madres o abuelas y acabaran por preguntar si se encontraba bien..
ni tan siquiera que mantuvieran la cortesía con un saludo de buenas
tardes!..
16.6.16
Hombres de Excelencia
Una madre da las gracias al desconocido que calmó a su bebé en un avión
El Huffington Post | Por Amy Packham
Publicado: 16/06/2016 07:50 CEST
http://www.huffingtonpost.es/2016/06/16/bebe-avion-desconocido-am_n_10451732.html#
Con este artículo y
comprobando la excelencia de determinados hombres, también me he
emocionado. Me emociono con la alegria de saber que, haylos. Con la
pena de que no sean muchos más y la amargura que me produce recordar
que en una ocasión, a mi madre le pasó, justo, todo lo contrario y
también lo mismo.
Nunca me canso de
mirarla. La miro muchas veces ahora para retenerla en mi vida cuando
no esté. Escribe ausente en su mesita mobil. Intentado no perder el
hábito de la escritura. Aunque sea ya ilegible y los números ni los
recuerde sino es copiándolos.
Mamá junto dos
criaturas subió al tren en la Estación de Tardienda una noche.
Habiamos llegado allí con mi padres desde otra población para coger
el que iba a Barcelona. Mi hermano debia tener unos meses de vida y
yo escasos 3 años.
El motivo de ese
viaje era de necesidad y mi madre, huérfana de madre desde los 9
años, nunca habia salido de su casa practicamente en sus 22 años.
Se educó bajo una férrea y anuladora protección nada pedagogica ni
adequada. Como la de mucha madres-mujeres de entonces y más
entonces.
Mamá debía viajar
a Barcelona con dos niños pequeños, algo de equipaje y con la
desolación de un desamparo sobrevenido al despedirse de mi padre en
aquella estación. Mi madre nos dijo en más de una ocasión, que ese
dia tenía el miedo metido en el cuerpo hacia todo lo desconocido,
agravado con la ansiedad por unos hijos.
Con las prisas y el
dolor de la tristeza, mi padre se olvidó darle a mi madre los
billetes.
No me voy a extender
más en el relato sobre la conducta de aquel animal del revisor de
Renfe. Muchos, eran militares retirados. Mamá intentó argumentar
una y otra vez, entre lágrimas y vergüenza por la tensión de la
situación y la conducta de aquel cabrón. La queria hacer bajar del
tren en una estación aún más perdida que la de Tardienta en medio
de la madrugada.
De nada le valia a
la bestia, que mi madre le ofreciera documentos acreditacivos de
identidad como aval hasta poder entregar los billetes con la
correspondiente fecha. De nada le servia a la bestia, la precariedad de
esa madre con dos hijos..
Fue una joven mujer
la que puso final al sadismo de la bestia. Pago de nuevo los
billetes. Mi abuelo, al dia siguiente de nuestra llegada, le hizo
llegar a aquel ángel el importe de los billetes. Nuestro
agradecimiento siempre lo tendrá aunque no lo sepa ni imagine.
Hay acciones que
ennoblecen la calidad de algunos humanos.
Y otras, que les
equiparan con lo más mezquino y cruel.
13.6.16
Es duro para un infante saber que "esos reyes magos" no son tales, sino los padres...
Pero realmente, ..cuando sientes esa patada en la boca del estómago, aún niña, és cuando te percatas que esa violencia e ignorancia que te quieren imponer y que se deposita en un vacio personal que algunas personas intentamos vencer, es el modus vivendi entre asesinos de gobernantes, políticos, dictadores y jerarcas religiosos.
La ostia de las ostias, es cumplir los sesenta sin haber podido cambiar de opinión.
Pero realmente, ..cuando sientes esa patada en la boca del estómago, aún niña, és cuando te percatas que esa violencia e ignorancia que te quieren imponer y que se deposita en un vacio personal que algunas personas intentamos vencer, es el modus vivendi entre asesinos de gobernantes, políticos, dictadores y jerarcas religiosos.
La ostia de las ostias, es cumplir los sesenta sin haber podido cambiar de opinión.
28.2.16
Si te dije que morí, era de verguenza!
En
uno de esos vaivenes de millones de reacciones aleatórias que se dan
en nuestro cuerpo y mente dia a dia, un trimestre enterito de mi
adolescencia debieron saltimbanquear la física, la química y el
magnetismo sin red de seguridad.
Damos por estáticas muchas cosas que no lo són y por comunes otras que tampoco lo són.
Damos por estáticas muchas cosas que no lo són y por comunes otras que tampoco lo són.
Esta
tarde, al hilo de algo, la memória ha abierto su cajón y ha
extraido una bella emoción en forma de imagénes.
Debía
tener unos 16 años y aunque ya era muy consciente de mi propia
sexualidad, fuí a ensoñarme hasta el tuétano de un chico. Siempre
he pensado que existen personas que se enamoran de personas, no del
sexo solo, aunque esto último lo complementa de fábula!. Y por
experiéncia personal, lo sé. No és por esta anécdota que detallo a
continuación, sino por una larga experiencia de 20 años de
convivència con la que fué mi compañera «heretosexual» hasta que
«sus procesos biogenéticos» le guiaron a enamorarse de un
compañero de trabajo. Siempre le he agradecido y agradezco esos
veinte años de dedicación a nuestra relación de pareja entre
personas.
El
chico en cuestión era muy interesante. Resultón, educado, cordial,
discreto, inteligente, respetuoso y agradable en sus opiniones por
su diversidad y la falta de afán en convercer mas allá de lo que se
expone. Eso me encantaba. Los hombres de entonces tenian muy asumido
que ellos siempre tenian la razón y más, si hablaban con mujeres.
Solían ser bastante monotemàticos, monologistas e impositivos. Por
ello, fué una suerte coincidir con él en clase.
No
puedo afirmar que el concepto «platónico» lo inventara yo porque
hay pruebas suficientes en contra, pero por Odín, que manera más
atropellada de perder el equilibrio en la razón. Bien cierto es que,
quien está sujeto a esta locura transitoria no pisa tierra, pero lo
mio ya era de estratosfera.
Nunca
me propuse «competir» con el resto de compañeras de clase porque
suponia que, a un chico de esas características, no le llamaria la
atención una chica común y lesbiana. Sin embrago no fue así, lo
que me desconcertó mucho.
Entre
el dia 3 del comienzo de curso y las vísperas de vacaciones de
navidad, me dediqué a soñar a todas horas con él. Su rostro estaba
en la tostada del desayuno, la bolsa de la compra, la sopa, la ducha,
la pizarra de clase -se sentaba tres mesas atras-,.. las noches eran
un sin dormir eterno hasta que llegaba la hora de volver a clase el
dia siguiente. En suma, un verdadero suplicio emocional y de
agitación hormonal.
En
fechas próximas a la navidad, se organizó un pica pica con música
y baile en la misma aula. No podia ser de otra manera en ese
tiempo. Fue entonces, cuando «ese caballero de cuyo nombre no puedo
acordarme» ahora, -por mucho que lo intento-, que me invitó a
acompañarlo al super a comprar el «tapeo» dias antes. Con esa
excusa, comenzamos a hablar y conocernos entre cacaolats calientes y
nubes de tabaco irrespirables en la cafeteria.
Y
llegó el dia de la fiesta soñada y el de mi enorme constipado con
vienticuatro horas de anticipo. Cómo podia pensar en no assistir?
Inimaginable. Con bufanda hasta en las amigdalas, una fiebre de aupa
y un macuto lleno de pañuelos me presenté. No fuera que, «las
lagartas» de las compañeras intentaran quitarme a «mi chico».
Pero
mira por donde, que, tan alto que estuve, tan abajo caí !!.. Allí,
en medio de la sala, a un palmo de cara contra cara, mirándonos
atontados mientras bailábamos, un arrebatador estornudo en forma de
maldita bombolleta de mocos, se hizo un gran globo..explosionando con
toda su madurez y verderez! Fue como si a una maravillosa y colorida
mariposa, le cayera encima una mierda.
Desastroso.
Aun se me pone la carne de gallina por la verguenza que llegué a a
pasar en ese instante. Cenicienta en su huida se dejó el zapato, yo,
todo. La dignidad, la ensoñación platónica y la moral. El
caballero de los ojos de caramelo hizo todo lo possible por no
estallar en risas, muy apurado, en medio de una lucha titánica, lo
pude ver entre mis clinex.
Me
queria morir. El color rojo de mis mejillas debia ser sublime porque
pude vislumbrar una incansdescencia de energia alrededor de mi cara.
Huí mientras lo escuchaba pronunciar mi nombre una y otra vez.
El
constipado en sí me duró cinco dias de cama, pero estuve dos semanas sin
salir de la habitación ante tanta abrumadora verguenza. Para
desconcierto también el de mi família, que no entendia el porqué
me negaba de coger el teléfono cuando llamaba el chico «de mis
sueños» por el cual tanto me habian oido suspirar pesadamente
semanas atras.
Desde
entonces, me pregunto muchas veces sobre la gran fragilidad de todas
las cosas.
Todo
se me fue de «un plumazo»!!.. (Sonrio)
11.2.16
Entiende de Internet señora?
El otro dia fui a
una «pajareria» a comprar granulado para una «cotorra» que
tenemos en casa. -A decir verdad, es la cotorra de mi hermano, Berta
la llamamos-
Me encontré con una
conocida a la que también le gustan los pájaros. Interrumpió brevemente al
verme entrar, la conversación que mantenia con el
treintañero dependiente, para saludarnos con un gesto con la mano y
una sonrisa.
Estaba el joven muy
afanado explicando las propiedades de unos y otros alimentos y de
unas y otras jaulas (motivo de agradecimiento a priori) y mientras
hablaba, hablaba y se extendia cada vez más con un sentido comercial
que no de erudito vocacional, observé como la conocida, poco a poco
se perdía entre las marcas de piensos y un proceso de selección
entre la información válida y la desechable que nuestro cerebro
ejecuta en el dia, un montón de veces.
Era una mujer como
puede ser cualquier otra. Entrada en edad y cierta redondez en su
silueta. De aspecto cálido y vivo. Podía tener muchos hijos e hijas
como podia no tener ninguno. Podia estar casada, divorciada,
acompañada, viuda o soltera. Como muchas de nosotras. Vestía de
forma personal, con detalles y la vez, sin estridencias. Su gesto era
afable y paciente, muy paciente..
No sé lo que le
habría preguntado al vendedor, la conocida, pero era harto evidente,
que hacía rato que le habia aclarado la possible duda. La
insisténcia del dependiente comenzó a ser más un alarde de
«sobrado» que de servicio en atención y que redondeó en
pedanteria al comentar, que si no le habia quedado claro lo que le
habia dicho, que lo mirara en Internet; .-porque, usted sabe lo que
és internet señora?-.
La señora le
contestó con un resignado sí, y dirigíendose hacia la puerta,
volvimos a intercambiar sonrisas a modo de despedida, pero esta vez,
complices en paciencia. Yo ya habia decidido no preguntar nada. Le
señalaria con la mano el recipiente del granulado y le soltaría un
«200 grs por favor!" y punto. Más que nada porque cansa empatizar ante los incapaces.
La cívica señora
conocida era investigadora en una universidad y professora.
Tal cual podríamos
ser muchas mujeres. Las que se lo propusieran. Sin más.
Igual es que no se oyen ellos mismos..!
La prolongada esclavitud de les dones es la pàgina més negra de la història de la humanitat (Elisabeth Cady Stanton)
1. Los hombres si
están muertos mejor!
2. Conducir un coche
perjudica el escroto y los testículos del hombre!
3. Eres simpático e
inteligente para ser hombre!
4. Todos los hombres
son unos hijos de puto!
5. Todos los hombres
son unos zorros!
6. Vas tan acicalado
que pareces un puto!
7. No mes hagas
pegarte una ostia y cámbiate esos pantalones!!
8. Qué tiene en
común un euro y un hombre., «que el euro tiende a subir y el
hombre, ni eso»!
9. -Entrevista de
trabajo- Yo te doy el trabajo si «tú, tu paquete y yo nos
llevamos bien»
10. Tienes un culo
como una plaza de toros»?
11. El hombre debe
ganar menos que la mujer porque es un hombre!.
12. Prohibido a
hombres.
13. Tu para lo que
te has de preparar en la vida es, para ser un hombre y satisfacer a
tu mujer siempre!
15. Cada dia estás
más viejo y gordo!
16. Nene! Pon ese
culo que te lo voy a romper por dentro!!
17. Eres tan inútil
que no sabes coger ni un lápiz!
18. Tu sitio está
en la cocina y en la cama bien atado!!
19. Tú no vas a
ningún sitio sino te llevo yo!!
20. Pero qué dices
de ir al futbol con tus amigoooos..Estas loco o qué? Tú aquí,
conmigo, te guste o no!!
21. Señor López,
no puede comprar la casa sino es con el consentimientto de su mujer!!
22. Sr. López, su
mujer ya sabe que quiere comprarse un coche?
23. Tu irás donde
yo te diga, puto!!
24. Los hombres no
pueden ni deben votar!
25. Jajajajajaja
però que dices!! .. Ser médico nada más y nada menos!!.. jajajaja,
como si pudieras!!
26. Te denuncio
porque te he violado y luego te lapidamos todas por consentirlo, puto
más que puto!!
27. Te quitamos el
escroto para evitar que «peques» impuro!
28. El hombre es el
hijo del demonio porque hace flaquear a las inocentes mujeres!
29. Las mujeres si
pueden, los hombres no!
30. Tú lo único
que has de hacer es obecer que para eso soy la mujer de la casa.
31. Los hombres no
sabeis jugar al futbol
32. Hoy va ser tu
último dia y te voy a matar, puto más que puto!
33. Si no quieres
que te viole, no vayas provocando con esos pantalones zorro!
34."En lo que
se refiere a la naturaleza del individuo, el hombre es defectuoso y
mal nacido..
35. Así ven ustedes
cómo son débiles y poco saludables los hombres, si mueren no
importa!
36. Hagan como se
hace en todas las Iglesias de las santas: que los hombres estén
callados!
37."las leyes
son como los hombres, están para violarlos",
38. "A
muchas... has tenido que chupar para estar donde estás"
39. "Lo único
interesante que ese señor exhibió fue sus genitales"
40. "hay veces que a las 6 de la mañana un hombre solo tiene que cuidar un poco por dónde va
40. "hay veces que a las 6 de la mañana un hombre solo tiene que cuidar un poco por dónde va
41. Si te cojo te
hago una tortilla con tus cojones!
42. Malfollaooo!
43. Tú solo eres
mio y de nadie más!
45. Las niñas deben
ir a escuelas diferentes de los niños, porque, éstos no son capaces
de seguir el mismo nivel y atención de estudio de las niñas..
etc. etc. etc..
30.1.16
Papá, me gustan las niñas!
Era de las pocas
veces que podia ver a mi padre en casa, sentado en la terraza, al
atardecer, tranquilo y con una mirada serena fijada en el horizonte.
-Después de regar sus macetas. Las de dentro de la casa eran las de
mi madre-. Siempre trabajaba, tenia dos trabajos, también el de casa. Éramos muchos y
en malos tiempos.
Por lo visto, todo
es cíclico.
Al contrario de
muchos padres y hombres de entonces y ahora, a mi padre nunca se le cayeron
los anillos por lavar la ropa en el lavadero o hacer la comida cuando
mi madre no podía. Eso se lo he valorado mucho en mi vida conforme
fui descubriendo las diferentes clases de hombres, vagos e
indeseables que existen.
Hacia tiempo que me
sentia intranquila y no sabia con quien hablar. Un impulso motivó mi
desvergüenza aquella tarde.
Papá..!
Si..?
-Papa, debo estar
enferma..!
Porqué, hija?
-Por que me gustan
las niñas!
Once años, tenia.
No tardó en
constestar al desasosiego. Lo que dijo se quedó grabado a fuego en
mi mente.
-Mira hija, la
dignidad de una persona no la encontrás nunca en la cama-.
Si seguimos hablando
del tema o si contestó algo más, no lo recuerdo. Sin embargo su
tono de voz, su mirada y esa naturalidad en la respuesta, me hizo
asimilar «in situ» confianza y seguridad y me evitó un montón de
traumas psicológicos posteriores que, a lo largo de la vida, he
visto en muchas personas. Sentí el peso del valor de aquellas
palabras aunque tardara varios años en saber que me quiso decir en
ese instante.
Cangrejos
Hace unas semanas,
estuve en un pequeño pueblecido que casi habia difuminado en el
olvido.
Allí disfruté de
unos de los mejores veranos de mi vida.
Paseando por sus
encojidas calles, recordaba instantes.
Es curioso cómo las
casas se achican, las aceras se juntan y estrechan y la gran avenida
se hace pasaje cuando somos mayores. De niña me faltaba cuello para
observar a lo alto entre la gente y los arboles! Y no te digo, para
cruzar la calle..casi que se iba la mañana! Miraba cien veces a un
lado y otras cien al otro. Todo es basto y enorme con ojos de
infancia.!
Allí, recorrí y
corrí todas y cada una de sus cuatro calles huyendo del «tonto del
pueblo», así le llamaban. -El mundo, ya entonces, me parecia muy
cruel-.
Solía esperarme en
las cercanias del colmado donde cada mañana mi tia me enviaba a
comprar el pan. Cuando me veia aparecer, se aproximaba ya corriendo.
Pensaba que la tenia tomada conmigo y nunca se me ocurrió,
esperarlo parada, y preguntarle qué era lo que queria. Es muy
probable que, por prejuicios implícitos en mi educación social y
algo de instinto de supervivéncia, huyera siempre en estampida. Aquel niño mayor viejo, seguramente encorrería todo aquello que se moviera o llamara
su atención como única novedad en su vida.. Y le tenia miedo a la
vez que sentía tristeza cuando a lo lejos, le veia sentado solo, dia
tras dia, tarde tras tarde en un banco a las afueras. Entre la
languidez y la nada.
No creo haber
corrido tanto en mi vida como lo hice en ese pueblo. Por correr,
llegué a competir hasta con un perro que queria comerse mi estupendo
bocadillo de la merienda. Gané al cobijarme de un salto encima de
un carromato. Sin embargo, el que se llevó el trofeo fue el perro
cuando con el ímpetu de alzarme, se cayó el bocadillo al suelo.
Allí también
conocí a mis primeros amigos. Jaime y Cristina. Cristina y Jaime.
Ellos ya eran amigos de cuna. Pescar con ellos cangrejos en la cuenca
del rio era más que genial. Los últimos pasos del sendero, antes de
llegar a la vaguada del rio, los dábamos a trompicones corriendo,
mientras tirábamonos blusas, faldillas y pantalones y entrábamos al
agua directamente en bragas y calconcillos. Sin ningún tipo de pudor
ni consciencia alguna de nuestros cuerpecillos ni sus casi
inexistentes diferencias. La ropa quedaba en la orilla junto las
sandalias y las meriendas.
Era extraordinario
sentir esos últimos rayos de sol en la piel en contraste con el frio
del agua. Si cierro los ojos, aún oigo el crepitar de la pequeña
corriente entre las piedras y nuestro júbilo alborotado que salia
castañeante entre dientes, cada vez que conseguiamos coger un
cangrejo sin perderlo entre los temblores del frio. No era fácil.
Jaime y Cristina
nadaban muy bien y yo, incapaz de reconocer que no sabia nadar, por
vergüenza y mucho amor propio, «chapoteba» también muy bien. Diria que,
hasta, exageradamente bien. Nunca rieron por ello. Ser niña
resultaba muy cómodo con ellos. No necesitaba ser persona primero.
Cristina fue mi
primera ilusión platónica y Jaime, mi gran amigo.
15.1.16
Herman@s
Tener
hermanos, lejos de radicalizar los roles de género en casa, me ayudó
a posicionarme mucho mejor como persona y mujer. Y a ellos, como
hombres «evolucionantes». Aunque no fue así en un principio.
La
mayoría de nuestros padres y madres devenían de un gran círculo
ideológico lleno de prejuicios y estereotipos dogmáticos. Y digo,
ideológico, porque el tratamiento para la adquisición de todo
conocimiento y el aprendizaje en el respeto propio y ajeno, són
elementos educativos. Nada que ver, con culturas, religiones o
ideologías. Són procesos autónomos y brillan por sí solos.
Otro
aspecto a considerar, es que es bastante inherente reproducir
esquemas en hijos y sin embargo, también hijas e hijos educan a
padres y madres. Muchas veces sin ser conscientes. Lo que en su
momento se denominó «choque generacional» consistió más bien en
abrir una ventana al aire en un lugar viciado, que no en cerrar la
puerta.
Recuerdo
un dia, que estábamos sentados todos en torno a la mesa en casa mientras
comíamos, que mi padre me pidió que fuera a la cocina a buscar un poco más
pan. Supongo que en esos momentos, lo que me pasó por la mente fue
tan breve como un rayo pero tan lleno de imágenes como una maleta de
ropa. Me ví en perspectiva haciendo mi cama y las de mis hermanos esa misma mañana
antes de ir al colegio. A la vuelta, la compra del mercado. ..Que
mientras mis hermanos disponían de tiempo holgado para hacer los
deberes de clase y jugar en la replaceta, yo antes, debía atender al
pequeño de ellos o tender la ropa...
Así que, allí, con 10 años ya se me cruzó eso de ser mujer y decidí ser
persona primero.
Seguramente
le contesté de malas maneras a mi padre y muy indignada le reproché
el porqué no se lo pedia a cualquiera de los hermanos de mi
alrededor, a lo cual, mi padre enfadadísimo me respondió con el
lanzamiento de la panera vacia. La esquivé pero no me moví del
asiento. Fué mamá quien se levantó y fue a la cocina. Hubiera dado
cualquier cosa porque ella tampoco se hubiera levantado.
Muchísimos
años más tarde, transcurrida media vida de fundamentos, cuando en
otra comida familiar comenté esta antaña anécdota, mi padre
incrédulo y desconcertado por aquella, su reacción, me pidió
disculpas. Nos reimos todos.
Tiempo
después de lo de la «panera voladora» cada uno de nosotros se hizo
su cama y poco a poco compartimos la compra, la ropa y otras muchas
más cosas se fueron «sociofamiliarizando». Mis hermanos no
ayudaron en estas cuestiones, asumieron. Hoy, no les hacen sombra
muchas mujeres ni a mi, muchos hombres.
7.1.16
A pedradas
Entre
«me dejais jugar?» y «tu, con nuestro equipo!» debí luchar.
Siempre
que bajaba un rato a la replaceta les preguntaba lo mismo.. me dejais
jugar? Me era igual a lo que jugáramos. A todo excepto con las peponas!.
Y
muchas veces me decían que no. A secas. Y cuando les volvía a preguntar
el
porqué, me contestaban como loritos impasibles, ..¡porque eres una
niña! Y ya no recuerdo lo que hacia después. Seguramente jugar
sola, moldeando caminos entre la tierra con sus puentes para las
hormigas, o correr, o saltar.
De
verdad que queria descubrir que enfermedad teníamos las niñas que
nos impedía hacer y pensar en tantas cosas divertidas y por tanto,
ser tan torpes y aburridas. Sin tener «entendederas» ya padecia esa
sensación de malestar interior que deja la injusticia. Me excluían
en lo bueno y me incluían en lo malo de las cosas.
Los
chavales de aquella Edad de Piedra se dividían en los chavales de la
calle de abajo y los chavales de la calle de arriba. Como si en ese
barrio hubieran habido calles en esos dias..!.
Todo
lo arreglaban a pedradas. Era verse uno u otro y sin mediar palabra,
zas, piedra va, piedra que viene..! Si eran dos o más los que se
encontraban con uno, la crueldad era con mayúsculas. La misma
crueldad que presencié, involuntariamente, cuando lanzaban crias de
gato de pocos dias contra la pared.
Un
dia, cuando volvía a casa con un recado de la tiendecita de
ultramarinos del barrio,-..por cierto, pensaba que eso de
ultra-marinos era porque unos marinos muy bregados en eso de la mar,
traían de lejanos paises todos esos alimentos y verduras-; ..escribia que, un dia, un chaval
que no conocia y que debia ser de montaña arriba, me interceptó en el camino.
No tendriamos más de nueve años cada uno. Al aproximarse, comenzó
a tirarme piedras sin más ni causa, mientras me insultaba de forma gratuita. Seguramente la clave que motivó mi
respuesta violenta a aquella agresión seria algo relacionacionado
con la palabra ..madre. Aseguro que tuve que esforzarme para estar a
la altura de su hostilidad hasta que sin proponérmelo en un inicio,
lo pude inmobilizar y posteriormente, hartarlo a ostias una detras de
otra.
Reconozco
con las entrañas, pero no con la inteligéncia, la satisfacción que
me dió esa, mi primera temprana liberación ante tanta gilipollez
supina soportada hasta el momento.
Entonces
no tenia otra referencia sobre las cosas. Debí pensar que todo
funcionaba así en la vida. Y ahora que las tengo, medio siglo más
tarde, sigo pensando igual. Aunque no practique la «técnica». No
por falta de ganas más de una vez, la verdad!.
investigacionyciencia.es/files/7283.pdf
Violencia
de género
La
asimetría social en las relaciones entre mujeres y hombres
favorece
la violencia de género. Es necesario abordar la verdadera causa del
problema: su naturaleza ideológica.
Francisca Expósito
30.12.15
Pepona tu, Pepona yo
Si
alguna vez admito haberme parecido a una pepona, lo negaré!.
Las
peponas, así llamaba a las muñecas que
los reyes majetones se empeñaban en traerme
año tras año, sin que las hubiera pedido. Eran de un
aspecto... digamos, de un
aspecto «polinizador».
Lo
siento pero no se me ocurre otra definición más aproximada.
Eran abombadas
como si solo se alimentaran de dulces, pasteles y aire de
globos. Sinceramente, resultaban, cuando menos, de otra dimensión en
plena operación migratoria de las hispalias del sur a las catalonias
del norte.
Una
puede estar «arreciada, gorda o entrada en carnes» como me dicen
en mi pueblo, pero fijar una ristra de butifarras unidas como
referente subliminal a una criatura, como que no.
Venian
compuestas con vestiditos aflorados en mil pliegues de puntillas y enaguas
ligeramente más largas. Sus ojos azules, me hicieron pensar algún
dia en cambiárselos por los mios. Cosas de la infancia. Cuidado!.
Os
aseguro que intenté jugar con ellas, pero aparte de darles de
tetilla tal cual habia visto cómo amamantába mi madre a mi hermano de
turno, poco más se me ocurria. Mover las piernas alternativamente a
la pepona para que diera tres puñeteros pasos, me parecia de lo más
arduo. Y ya no te digo si encima intentabas darle de comer un mejunje
de barro. La que liaba a manchar con la pepona y de rebote, mi madre conmigo.
Mientras,
se me iba el alma con los niños que pescaban enooooormes ballenas en imaginarios barcos de piratas! o, jugaban al futbol
muuuucho mejor que Kubala o, el que no se escondía muuuuy bien lo
desintegraba el marciano del bando contrario.. Por Odin, cuánta envidia!
Los pistoleros y sus leyendas vinieron después, cuando supimos lo que era una TV.
Los pistoleros y sus leyendas vinieron después, cuando supimos lo que era una TV.
muy
interesante.es
El
secreto de los juguetes: por qué son tan necesarios para los niños
Pablo
Colado
..Y
es que, aparte de inculcar los valores igualitarios, el intercambio
de roles acarrea indudables beneficios psicológicos: mientras que
los juegos de construcción aumentan el interés de las chicas por la
tecnología y la ingeniería, cocinar favorece la vena creativa de
los chavales, por ejemplo.
Mi primer pantalón
No
recuerdo mi primera braga, sin
embargo
sí
mi primer pantalón.
Tenía seis años y no me me
dejaban llevar pantalones.
No
entendía lo que no entendía.
Era
una prenda tan práctica que, incluso en verano también se
podia llevar de corto.
Eran
feos con ganas.
Abombachados la
mayoría y
de colores tristes y apagados. Con
ellos sólo se veían escuálidas garrillas.
No obstante eran
mágicos.
Con ellos, se podía
correr, saltar y
brincar como las ranas..
hasta arrodillarte mejor en el suelo
para
darle a las canicas!. A
veces, los niños, me dejaban jugar con ellos aunque fuera una niña.
Tenía muy buena punteria y eso también
les debía
desconcertar a
ellos.
Eran prismas educativos más
que opuestos. Demenciales.
Mi
primer pantalón fue el de mi hermano. Lo tomé prestado del
balde de la ropa sucia en casa. Mi madre había salido a comprar y
mis hermanos debían estar jugando en
la replaceta.
Y fuí feliz por un
rato. Me sentía
libre. Con pantalones
no debía obligarme a hacer
movimientos raros con las manos para aguantarme las faldillas y así,
conseguir que no me vieran las
bragas, no sabia quién..
Saltaba
de silla en silla y de silla
en sillón.
Cogí las pelotas de mis hermanos, en
el más puro sentido literal y las
volteé al aire con las manos bien
abiertas y alzadas.
Y ya
en lo
alto
las podia recoger
para volverlas
a lanzar.
Esos
no eran
movimientos atróficos. Eran los
adecuados a la libertad del movimiento.
wikipedia.es
Luisa Capetillo
En
1919 fue la
primera mujer
en Puerto Rico en usar pantalones
cultura.elpais.com
La lucha de la mujer por llevar los pantalones
Prohibido durante largos años y sobrecargado de connotaciones, aún no es una prenda nuetral
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