16.6.16

Hombres de Excelencia

Una madre da las gracias al desconocido que calmó a su bebé en un avión

El Huffington Post | Por Amy Packham
Publicado: 16/06/2016 07:50 CEST
http://www.huffingtonpost.es/2016/06/16/bebe-avion-desconocido-am_n_10451732.html#



Con este artículo y comprobando la excelencia de determinados hombres, también me he emocionado. Me emociono con la alegria de saber que, haylos. Con la pena de que no sean muchos más y la amargura que me produce recordar que en una ocasión, a mi madre le pasó, justo, todo lo contrario y también lo mismo.

Nunca me canso de mirarla. La miro muchas veces ahora para retenerla en mi vida cuando no esté. Escribe ausente en su mesita mobil. Intentado no perder el hábito de la escritura. Aunque sea ya ilegible y los números ni los recuerde sino es copiándolos.

Mamá junto dos criaturas subió al tren en la Estación de Tardienda una noche. Habiamos llegado allí con mi padres desde otra población para coger el que iba a Barcelona. Mi hermano debia tener unos meses de vida y yo escasos 3 años.

El motivo de ese viaje era de necesidad y mi madre, huérfana de madre desde los 9 años, nunca habia salido de su casa practicamente en sus 22 años. Se educó bajo una férrea y anuladora protección nada pedagogica ni adequada. Como la de mucha madres-mujeres de entonces y más entonces.

Mamá debía viajar a Barcelona con dos niños pequeños, algo de equipaje y con la desolación de un desamparo sobrevenido al despedirse de mi padre en aquella estación. Mi madre nos dijo en más de una ocasión, que ese dia tenía el miedo metido en el cuerpo hacia todo lo desconocido, agravado con la ansiedad por unos hijos.

Con las prisas y el dolor de la tristeza, mi padre se olvidó darle a mi madre los billetes.

No me voy a extender más en el relato sobre la conducta de aquel animal del revisor de Renfe. Muchos, eran militares retirados. Mamá intentó argumentar una y otra vez, entre lágrimas y vergüenza por la tensión de la situación y la conducta de aquel cabrón. La queria hacer bajar del tren en una estación aún más perdida que la de Tardienta en medio de la madrugada.

De nada le valia a la bestia, que mi madre le ofreciera documentos acreditacivos de identidad como aval hasta poder entregar los billetes con la correspondiente fecha. De nada le servia a la bestia, la precariedad de esa madre con dos hijos..

Fue una joven mujer la que puso final al sadismo de la bestia. Pago de nuevo los billetes. Mi abuelo, al dia siguiente de nuestra llegada, le hizo llegar a aquel ángel el importe de los billetes. Nuestro agradecimiento siempre lo tendrá aunque no lo sepa ni imagine.

Hay acciones que ennoblecen la calidad de algunos humanos.
Y otras, que les equiparan con lo más mezquino y cruel.